domingo, 14 de diciembre de 2014

Admirar, reflexionar, sentir... Lo que el fuego te da.

Una imagen que da vida, una imagen que atrapa. Te da melancolía, hace tu mente volar.

Dos en uno. El árbol de la vida.

Y sigue ahí... Imponente... Alzándose sobre la hierba como uno de los más bellos de su especie y de nuestra campiña. Este lunes estaba aún más espectacular, más lleno de vida; nunca mejor dicho. Merece la pena el paseo sólo por verlo. Y es que es un ser como pocos, a mi particularmente me enamora. Bueno, todo esto suma para que nuestro entorno sea tan especial y merezca ser visto, visitado y capturado.