domingo, 23 de septiembre de 2018

Parar...


Estamos en una Sociedad, un tiempo, un momento en el que todo gira en torno a un no parar. Vamos y nos movemos a un ritmo frenético y eléctrico. Con y por un camino, a veces dejándonos llevar y, a veces dormidos... Te encuentras y te pierdes, vives y malvives, sales y entras y; en parte, sueñas despierto. Sabes que estás aquí de paso pero aprovechas al máximo cada minuto, o así lo crees. Creces y te haces pequeño, vuelves a tus inicios y te reinventas. Persigues tú esencia sin saber cuál es el secreto de la felicidad. Hasta puede que consigas ser tú en pequeñas moléculas dentro de la realidad corporea. Tu realidad. Buscas estímulos, te recreas en vivencias y creas experiencias poniendo a prueba tus expectativas.

Pero llega un momento, un instante, un segundo en el que paras. Ves todo con otro cristal. Otro iris. Otro color. Te ves y te sientes. Sabes que lo has de valorar y que sólo parando, respirando, soñando, pensando; vas a ver la claridad. Sabes que necesitas ese parar, ese disfrutar del analizar donde vas, y hacia donde quieres caminar. Ver si el camino de baldosas amarillas te lleva al León. O si tu eres el felino.

Hay veces en que necesitas parar. Sólo tienes que zambullirte en la más profunda de las ahogadillas, soltarte, y dejar que el huracán te lleve en la dirección que tu quieras volar.

Volar...




domingo, 26 de agosto de 2018

He vuelto

  No me preguntes el porqué; será que en la vida buscas lo que necesitas, sin ser a veces consciente qué es lo que te nutre.

  Sacas la niña que tienes dentro y alimentas tu yo interior. Eres inquieta y egoista; y te rodeas de lo que en realidad te llena el alma. Das y recibes; y sin ninguna explicación ni expectativa, te envuelves en el más maravilloso de los momentos personales, con vivencias jamas soñadas. Paz, serenidad de mente y, a la vez, explosión de sensaciones jamás sentidas.

   He vuelto. He regresado a mis inicios, a mi esencia, a mi sentir... A mi mundo de mis pequeñas cosas. Mezcla de música clásica con Rock and Roll. Locura a la vez que razón. Inmadurez llena de responsabilidad. Melodía suave con un punto de sátira.

   No habría sido capaz de imaginar que esta etapa, momento, llamado edad y contado en años, sería tan maravilloso. Es la sensación de no merecer; de encontrar todo por casualidad. Será que alguien me mira bien...

  ¿Cómo poder agradecer tanto, tanto de lo que esta mágica vida me da?. Espacios infinitos, segundos contados en horas, charlas rozando vidas y experiencias con sensación de continuidad e inacabadas.

   Algún día recordaré los momentos, algún día extrañare las vivencias, algun día soñaré los rincones, algun día echaré en falta puertas, algún día... me quedaré con este inigualable instante para siempre.

  Sueños inacabados, sueños sin fin.